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Arquitectura saludable para el bienestar de nuestros espacios


Cuando se trata de cuidar nuestro medio ambiente, la arquitectura juega un papel fundamental. Los hábitos eco-amigables que incluyen acciones de reciclaje, ahorro y conciencia ambiental, tienen un complemento donde, somos las personas parte de un ecosistema que debe ser protegido y preservado.

De esto se trata la arquitectura saludable. Se crea un medioambiente propicio para cada persona que no genere enfermedades ni malestar. Un espacio que apoya también la sensación de bienestar a nivel físico y psicológico, pensado a través de la estructura y el diseño de casas, apartamentos u oficinas construidas con fines saludables y funcionales.

Cada sector profesional busca la forma de generar espacios donde haya cuidado por el medio ambiente y en la arquitectura existe la obligación de plantear escenarios, no sólo a nivel de estudio del Urbanismo u Ordenación del Territorio, sino en edificios o viviendas para que este tipo de sensaciones de bienestar lleguen a todo entorno físico. Esto hace referencia a la arquitectura medioambiental en la que prima el ahorro de energía, la capacidad de cada material para ser reciclado y la contaminación que pueda llegar a producirse durante su construcción para mitigar daños.

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La preservación de las fuentes energéticas hace parte del concepto de arquitectura ecológica o biológica, donde se relaciona la interacción de las personas con los espacios en los que viven. De acuerdo con Myriam Goluboff Scheps, arquitecta de la Universidad de la Coruña- España, “se piensa el edificio como una tercera piel de las personas o arquitectura bioclimática en cuanto se adapta a las condiciones climáticas del medio elaborando el diseño a modo de adaptarse a ellas. Así se logra, por ejemplo, una calefacción y ventilación naturales aprovechando la energía del sol en un proceso de captación, acumulación y radiación posterior controlado. Es una arquitectura estrechamente ligada con el medio en el que se inserta”.

El dióxido de carbono (producido por la presencia de personas), el óxido de carbono por combustión cuando se utiliza un combustible que contenga carbón (por ejemplo chimeneas si no reciben oxígeno y por el humo del tabaco), el óxido de nitrógeno por combustión de cocinas o calentadores a gas, son algunos de los contaminantes habituales.

Pensar en una vivienda u oficina saludable es prioridad para los entornos de construcción. Diseños con materiales que beneficien la calidad de vida y salud de sus habitantes. Incluir árboles, plazas sociales, parques y jardines. Tener una iluminación natural considerable (a través de ventanas, claraboyas, etc.), distribución de espacios internos (separados según cada lugar: cocina, baño, etc.), espacios de respiración (terrazas, balcones, etc.) y materiales, en la medida de lo posible, eco-amigables.

Fuente: La FM

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