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Del CAD al BIM



En numerosas ocasiones hemos oído hablar y utilizado, dentro del sector del diseño industrial, arquitectura e ingeniería, software con las siglas CAD (Computer Aided Design). Sin embargo, en estos últimos años ha surgido un concepto que está evolucionando a un ritmo mayor, el BIM (Building Information Modelling).

BIM (Building Information Modeling) es una metodología de trabajo colaborativa para la gestión de proyectos de edificación u obra civil a través de una maqueta digital. Ésta, conforma una gran base de datos que permite gestionar los elementos que forman parte de la infraestructura durante todo el ciclo de vida de la misma. De este modo, constituye una nueva forma de trabajar que afecta a todos los agentes intervinientes en un proyecto de construcción, durante todas sus fases.

Está suponiendo una verdadera revolución tecnológica en la cadena de producción y gestión de la edificación y las infraestructuras. Tanto es así, que el mercado global de esta tecnología alcanzará los 12.000 millones de dólares a nivel mundial en 2022, según el último informe de Market Research Engine y las grandes obras de infraestructura ya lo están aplicando en sus proyectos.



BIM permite construir de una manera más eficiente, con la consiguiente reducción de costes, al mismo tiempo que permite a proyectistas, constructores y demás agentes implicados trabajar de forma colaborativa. Sus múltiples ventajas han provocado su progresiva implantación en las diferentes administraciones públicas del mundo.

Así por ejemplo, la utilización de esta metodología será obligatoria en todas las licitaciones públicas de edificación llevadas a cabo en España a partir de diciembre de 2018, y lo será también para los concursos de obra pública a partir de julio del año siguiente.



Hemos conocido softwares CAD que han sido, durante mucho tiempo, una ayuda incalculable para el diseño de cualquier tipo de proyecto de infraestructuras, edificación o de diseño industrial, ya que permiten diseñar, corregir y copiar planos de forma muy eficiente. Sin embargo BIM, si bien nace gracias a nuevas posibilidades que ofrecen determinados programas informáticos, es hoy mucho más que un software: es un conjunto de procesos, procedimientos y sistemas organizativos que permiten desarrollar el diseño, construcción y mantenimiento de infraestructuras de forma inteligente.



Cuando hablamos de CAD todas las miradas se dirigen hacia AutoCAD de Autodesk que, con los años, se ha convertido en el standard del sector, pero también han surgido otros programas similares como Microstation de Bentley, BricsCAD, y algunos más. Cualquiera de estos programas de CAD trabaja de una manera similar, esto es, “construimos” nuestro diseño utilizando elementos básicos de dibujo como líneas, puntos, arcos o círculos mediante una interfaz gráfica que permite gestionar dicha información de una manera lógica, usando las propiedades de los objetos geométricos. En el caso de trabajar en 3D, nuestros proyectos pueden mejorar y evolucionar mediante el uso de superficies o sólidos pudiendo crear modelos más realistas. Aquí existen programas más potentes como Autodesk Inventor, CATIA o Solidworks, que van un paso más allá y permiten la creación de modelos 3D de tipo paramétrico.

Pero, ¿qué es lo que diferencia a BIM?
Con su aparición, la manera de plantear la realización de los proyectos cambia, ya que no nos encontramos trabajando con entes geométricos tales como líneas o arcos, sino que lo hacemos con objetos propios: muros o puertas en el caso del sector de la arquitectura o carreteras y terrenos en el caso de la ingeniería civil. De esta manera, cuando dibujamos una puerta o muro ya lo hacemos con todas sus características: grosor, tipo, altura, precio, plazo, etc. Estos datos son muy útiles posteriormente, ya que podremos extraer información de cara a las mediciones y al control de plazos.



Otra de las ventajas que presenta es que la información se guarda en una base de datos relacional, por lo que sacar información del proyecto como un recuento de puertas y ventanas o volúmenes de materiales es muy rápido. Los programas informáticos más conocidos actualmente que trabajan bajo estas premisas son Revit, para la arquitectura y construcción y AutoCAD Civil 3D, para el sector de la Ingeniería Civil, ambos de la empresa Autodesk. La multitud de beneficios del uso del BIM frente al CAD están llevando a las administraciones públicas de Europa a generalizar su uso en contratos de obra pública.



Por destacar, de forma enumerada, algunas de las principales ventajas os facilitamos las siguientes:
  • Elaboración más rápida de nuestros proyectos sin pérdida de calidad.
  • Coordinación y colaboración: diseñadores, ingenieros, arquitectos, contratistas y constructores así como proveedores.
  • Detección y solución rápida de conflictos entre diferentes partes del proyecto.
  • Optimización de la fase de construcción.
  • Bibliotecas de elementos y sinergias de trabajos entre diferentes proyectos.
  • Facilidades en el seguimiento del ciclo de vida del proyecto de construcción o infraestructura.
  • Utilización de nuevas tecnologías en las distintas fases del proyecto (drones, impresión 3D, realidad virtual y aumentada, sistemas de información geográfica).

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