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Arquitectura minimalista, gran claridad y simplicidad


El minimalismo, en su ámbito más general, es la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes. Es una traducción transliteral del término inglés minimalism, o sea, que utiliza lo mínimo. Es también la concepción de simplificar todo a lo mínimo; se fija solo en el objeto y aleja toda connotación posible, evita cualquier reflejo de la interioridad del artista.



Este movimiento surge a mediados de los años 60 como una reacción contra el subjetivismo y emocionalismo del expresionismo abstracto con su énfasis en la improvisación y la espontaneidad, proponiendo en su lugar un arte totalmente preconcebido, de ejecución anónima y de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad.



Sus principales características son:
Máxima inmediatez subrayando la importancia del todo sobre las partes superficies inmaculadas, colores puros, formas simples y geométricas realizadas con presión mecánica, y la utilización de materiales industriales de la manera más neutral posible de modo que se alteren sus calidades visuales.

Es una tendencia que afecta al interiorismo y a la arquitectura; el interiorismo surge en la década de los 80 en Italia, nace como respuesta excesiva sobrecarga de adornos y diseños complicados que existían en la época. También en él se muestra la influencia de la estética oriental y más concretamente de la japonesa .



El lema que unió a los diseñadores minimalistas fue “less is more” (menos es más). A partir de esta idea, se pretendió despojar a los hogares de adornos superfluos que no significaran un elemento de utilidad dentro de una casa.



Centra su atención en formas simples y puras, dando gran importancia al espacio y a los materiales ecológicos, se busca un máximo efecto con un mínimo de elementos.

El uso del color es importante, este estilo requiere de una monocromía absoluta en suelos, techos y paredes, complementándose con los muebles, el contraste lo dan algunos objetos decorativos o muebles en tonos totalmente distintos a la gama que se usó en los acabados. En una decoración minimalista, las tonalidades son suaves predominando el blanco y el crudo, no utiliza estampados en sus composiciones, así la atmósfera resulta fresca relajada y muy contemporánea.



Conceptos como reducción, síntesis, depuración, autoridad, orden, repetición y desnudez ornamental, parecen haber dejado de llamarse racionalistas para ser identificadas como minimalistas; puede considerarse como una corriente artística que utiliza la geometría elemental de las formas.

El arquitecto Mies Van Der Rohe es considerado como el más influyente precursor del minimalismo arquitectónico contemporáneo, esto queda reflejado en sus prismas perfectos, incorpora términos como economía, orden fundamental, regularidad y pureza material.

Con su aplicación el arquitecto consigue que la forma derive de la estructura y los materiales se usen de forma autentica, sin camuflajes estilísticos; las obras de minimalismo buscan la sencillez y la reducción para eliminar toda alusión simbólica y centrar la mirada en cuestiones puramente formales: color, escala, volumen o espacio circundante.




Fuente: Warp

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